Están disponibles 35 artículos de opinión y 4 de investigación sobre "el Covid-19 y la brecha educativa" en la Revista Internacional de Educación para la Justicia Social

Debido al Covid-19 gran parte de escuelas de todo el mundo han cerrado afectando a más de mil millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de todo el mundo. Y con ello muchas de las grandes desigualdades educativas y sociales se han visibilizado ahora más que nunca. 

Dadas las implicaciones de estos hechos sin precedentes, desde la Cátedra consideramos al inicio de la pandemia ofrecer un espacio para reflexionar sobre las consecuencias del cierre de escuelas por el Covid-19 en las desigualdades educativas abriendo un número extraordinario de la Revista Internacional de Educación para la Justicia Social en el que se invita a académicos y académicas y docentes de todos los niveles educativos a enviar diferentes artículos, tanto de investigación como ensayos, experiencias prácticas, reflexiones, etc. Sin duda ha tenido una gran acogida y aunque el número sigue abierto, en tan solo tres meses han aportado un total de cuatro artículos de investigación y 35 de opinión. 

Son numerosas las situaciones que han agravado la brecha educativa durante la pandemia: el desigual acceso a la tecnología que priva a muchos y muchas estudiantes de poder desarrollar su aprendizaje online; padres, madres o tutores que carecen de los conocimientos o el tiempo para acompañar y apoyar a los más pequeños durante el proceso; falta de espacios adecuados para el estudio; la dificultad de acompañamiento a estudiantes con necesidades educativas especiales; etc. Estas y otras muchas situaciones han reflejado las carencias y desigualdades socioeducativas a las que se enfrentan numerosos estudiantes a lo ancho y largo del planeta. 

Sin duda, está claro que los y las estudiantes socioeconómicamente más desfavorecidos son los que más están sufriendo el impacto del cierre de las escuelas. No ir al colegio tiene consecuencias que van más allá del aprendizaje de las materias escolares. Las escuelas también garantizan a un gran número de estudiantes servicios básicos como la alimentación diaria a través de las becas comedor, acompañamiento de especialistas, socialización, etc. En este sentido, para que las escuelas puedan trabajar en aras de una sociedad más justa debemos abrir los debates que se hacen obvios en situaciones tan excepcionales como esta. Es interesante la pregunta sobre la que reflexionan Giroux, Rivera-Vargas y Passeron (2020) de cara a la construcción de una sociedad post Covid-19 planteando dos escenarios contrarios. Queremos una sociedad, y con ello una educación, que esté representada por la solidaridad colectiva y la justicia social, o una sociedad basada en el individualismo orgánico y la competencia con el otro. Un debate que no tiene nada de novedoso, pero que al entrar en una crisis de estas características es más importante que nunca sacarlo a colación. Más aún cuando lo que la peor parte de la crisis ha demostrado que lo esencial se encuentra en el valor del bien común, la solidaridad, lo colectivo y lo público. 

Asimismo se han abierto otros debates igual de relevantes en torno al rol de las familias en la educación de los y las menores (Cifuentes-Faura, 2020; Muñoz Moreno y Lluch Molins, 2020), las implicaciones de la digitalización de la educación (Almazán Gómez, 2020; Lusquiños, 2020; Rodríguez Morales, 2020); o el papel de los centros escolares en la prevención de la exclusión (Gárate Vergara, 2020; Peñate, 2020; Martínez Virto y Azcona Martínez, 2020), entre otros.

Se puede profundizar en estas y otras muchas cuestiones relacionadas con las Consecuencias del Cierre de Escuelas por el Covid-19 en las Desigualdades Educativas en el número extraordinario de Revista Internacional de Educación para la Justicia Social.